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DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA LA DEPRESIÓN

El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la lucha contra la depresión con el objetivo de visibilizar un problema casi invisible para el mundo y por desgracia, muchas veces incomprendido. Cabe destacar la importancia de mostrar y hablar acerca de esta patología, que ha aumentado su incidencia durante los últimos años.  Hay que tener en cuenta que esta enfermedad es la principal causa de discapacidad en el mundo, pero además, en situaciones de emergencia humanitaria, una de cada cinco personas puede sufrir de depresión y ansiedad

La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes en nuestra sociedad actual. También es uno de los más silenciosos por sus muchos síntomas, no siempre fácilmente identificables, como pueden ser; apatía, tristeza, ansiedad, agotamiento, insomnio, malestar general, abatimiento… Muchas veces con la exigencia del día a día, estos síntomas son silenciados por el paciente y menospreciados por el entorno, lo que conllevará el infradiagnóstico de esta patología

Identificar que se padece esta enfermedad y dar el paso hacia la recuperación no es siempre tarea fácil para el paciente. Aquí es donde juega un gran papel las personas allegadas y el entorno del paciente que cobran una importancia vital en la identificación del problema y la recuperación de la persona con depresión

En nuestro país había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo en el 2020, lo que implica un 5,25 % de la población mayor de 15 años de todo el país, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado mes de abril. De todas ellas, 230.000 personas sufrían una depresión grave

Las diferencias de género también son claras en la prevalencia de la depresión entre mujeres y hombres. Los casos de depresión en mujeres duplican a la de hombres (7,1% frente a 3,5%), lo que se agrava en los cuadros de depresión grave, dónde la diferencia es aún mayor: por cada caso de depresión grave en hombres hay 3,5 en mujeres

Por su relación con la actividad, la incidencia es mayor entre las personas incapacitadas para trabajar: 24,4% en hombres y 23,4% en mujeres, entre cuadros depresivos mayores o de otro tipo y estar estudiando o trabajando se asocia con menos casos

Si además también tenemos en cuenta el factor de la edad podemos ver como los cuadros depresivos son más frecuentes al aumentar la edad, alcanzando su valor máximo entre los mayores de 85 años, donde afectan al 16% de la población, grupo de edad donde a su vez, son el grupo donde más se infradiagnóstica, dando a entender los síntomas de la patología como cambios ligados al envejecimiento

Y como en tantos otros aspectos de la vida, la pandemia de COVID-19 ha pasado una amplia factura a las personas en riesgo de padecer esta patología. Los efectos sociales sobre esta patología en cuanto el confinamiento domiciliario, la incertidumbre vivida en el contexto actual y la presión a la que son sometidas profesiones como lo son las sanitarias, han aumentado el debut o la exacerbación de algunos casos. Se observó un aumento en el porcentaje de población que experimentó sensación de estar decaído o deprimido, con problemas para dormir y con poco interés o alegría por hacer las cosas

Es por ello que es importante que visibilicemos esta patología con el fin de llegar cuanto antes y al mayor número de casos posibles antes de llegar a estados extremos. La identificación de los primero síntomas, reforzar la necesidad de pedir ayuda cuando se requiere y no mitigar o minimizar los sentimientos de las personas cuando los manifiestan, son pilares básicos para ayudar a las personas con esta patología, que cada día afecta a nuestra población

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