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FOTOPROTECCIÓN

¿Cuánto cuesta no envejecer? ¿Es caro no envejecer? La respuesta es, no; o mejor dicho, no, si lo hacemos de forma correcta, desde el momento adecuado y con constancia

A veces, pensamos que las cosas más valoradas, como sucede hoy en día con el hecho de “envejecer bien” son las más caras, las que solamente son alcanzables por un grupo selecto de personas y NO es así

Podemos preguntar a los mejores dermatólogos, a diferentes expertos en la piel o incluso a profesionales con gran experiencia en tratamientos antiaging, y todos ellos van a coincidir en su respuesta: el mejor cosmético para prevenir el envejecimiento cutáneo es un buen SPF (Factor de Protección Solar). Se denomina factor de protección solar (FPS) al número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura

EL FPS indica la fracción de rayos ultravioleta (los causantes de las quemaduras solares) que recibe la piel protegida. Por ejemplo, un «índice de protección solar 15» significa que un 1⁄15 de los rayos ultravioletas llegará a la piel, asumiendo que el protector solar está distribuido uniformemente. Por tanto, una persona de piel clara que normalmente empieza a quemarse después de diez minutos al sol tardaría 15 veces ese tiempo con un FPS 15 (150 minutos o 2,5 horas)

Usar diariamente una crema de protección solar significa literalmente luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel, protegiendo lo que ya tenemos y lo que es tan valorado en una piel de calidad: el colágeno junto a las fibras de elastina

Además, el 90% de los cánceres de piel que actualmente padece la población están producidos por la exposición solar, o lo que es lo mismo, por no incorporar en nuestro hábito diario un cosmético que nos proteja frente a los rayos ultravioleta

Nos encontramos en una época de sol, de playa, de descanso y con ello época de quemaduras solares

La quemadura solar se produce cuando la exposición a radiación ultravioleta, excede la capacidad de la melanina para proteger la piel

La clave para la eliminación de las quemaduras solares está en el uso activo de protección solar, éste es sin duda el mejor de los «remedios», especialmente en aquellas pieles con fototipo claro e hiperpigmentaciones

Si, aun así, llega la temida quemadura con toda su clínica: eritema, dolor, escozor y tirantez; hablamos de una quemadura de grado I, una quemadura que afecta a la epidermis y cuyo tratamiento pasa por una hidratación exhaustiva de la zona lesionada. Una quemadura dolorosa, que no deja cicatriz y que se resolverá de forma espontánea en unos días. 

Más allá de los productos aftersun o aquellas lociones que contienen sustancias como el aloe vera que ayudan a calmar y refrescar la piel, debemos buscar un producto que realmente hidrate en profundidad la piel; lo que además de calmar los síntomas, acorte el tiempo de recuperación y nos ayude a evitar la desagradable sensación de descamación de la piel

Si la quemadura llega a producir flictenas, estamos hablando de una quemadura de segundo grado superficial, que afecta a dermis. Por lo general, las flictenas aparecen de horas a días después de la exposición, suelen contener líquido seroso y en principio no deberían de generar cicatriz. Como tratamiento recomendamos la exéresis completa de las mismas, seguidas de higiene exhaustiva e hidratación. 

Retomando el tema, insistir en que la forma más rápida de evitar las molestas quemaduras, es evitar la exposición solar directa en aquellas horas en las que el sol se encuentra perpendicular y por tanto donde más incidencia de rayos UV encontramos, así como hacer un uso intenso de los fotoprotectores solares, asegurando un bronceado uniforme y prácticamente exento de riesgos

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